En esas noches que la mente corre y el cuerpo se niega a obedecer horarios. El silencio te atrapa entre la opción de mirar las sombras o encender la televisión. Quizá deba leer un libro o intentar hacer algo productivo, sin embargo, el cansancio no te deja ejecutar y tampoco dormir.
En un absurdo de tiempos, sabes que no estás solo y navegas las redes sin enfocarte en nada. Descubres noticias sin relevancia, mientras te ríes de fotos o mensajes que con el tiempo te traen como un recuerdo. Y son esos recuerdos inesperados los que te hacen pensar que todo ha cambiado, aunque sigues igual.
Decides levantarte y mirar por la ventana, la calle esta silente y en calma. Sólo se escucha un sonido leve de un farol cercano, debe ser en la acera de enfrente y piensas en un corto circuito. Lo observas cual especialista eléctrico mientras te exaltas por una sombra de un gato en busca de alojo. Piensas en tu amiga y te sonríes. Sabes que ella hubiese salido a la calle a darle comida y un hogar temporero.
La mente divaga y una brisa tenue causa escalofríos. Buscas una manta y de repente, meditas en las personas que deambulan y no tienen donde cobijarse en esta noche fría. Recuerdas al joven frente al supermercado. Estaba sentado y con voz débil pidiendo dinero, y, sin embargo, preferimos darle alimento. Lo vimos comerse la merienda, mientras, pensábamos lo bueno que seria tener un hogar para deambulantes. Un lugar en el que reciban asistencia médica y alimento para su cuerpo, su mente y su espíritu. ¿Qué le sucedió?
Una patrulla de la policía paso y me sacó del pensamiento. De repente, pensé en las familias que dejaron en sus casas para cuidar de otros. Cada trabajo tiene sus riesgos y, sin embargo, en algunos puede costar la vida. En otros, cuesta sueños… y quedándome en blanco, pensé en quienes ya no están. Amigos cercanos que se nos adelantaron y ya no están en este plano.
Como pasa el tiempo y no lo disfrutamos. Se nos va la vida y no la compartimos. Hoy estoy pensando, mientras otros duermen. Mas, ¿qué debo hacer en este tiempo de insomnio? Pude haber leído un libro o hecho ejercicio. Aprendido una destreza o resuelto un acertijo. Sin embargo, aquí estoy contando los minutos que le restan tiempo para que el despertador suene y se resetee el tiempo.
Vivimos en nuestra mente y sus preocupaciones… ocúpate de las cosas que están en tu control, dicen algunos, más como convenzo al inconsciente consciente que permita dejar ir. Como le obligo a dormir cuando me obliga a estar despierto. Una maquina de ruido blanco en la oscuridad para que llene el silencio de mis pensamientos. Ironías de la vida, que vacías la mente y la llena de ruido para encontrar descanso en medio de sonidos.