Comenzaré diciendo que el lunes representa el comienzo y con eso una nueva oportunidad de retomar metas que he pospuesto. Me entusiasmaré pensando que un lunes fue el inicio en que me lance a alcanzar todo lo que me había propuesto.
El lunes marcará los hitos para ver todo mi progreso y con eso me sentiré dichosa por medir cuan cerca estoy de lograrlo o cuantos lunes me faltan para saber que lo estoy alcanzando.
Y aunque al final declaré que cada día de la semana es el mejor, hoy que es lunes diré que este día es el mejor. Y hare que cada hora cuenta hasta que llegue el próximo día y entonces, ese otro día ciertamente también diré que es el mejor.
Y disfrutaré cada momento y cada día que representará una nueva oportunidad. Una forma de alcanzar pequeñas metas escondidas. No se tratará de las cargas que nos ponemos cuando decidimos por la inercia. Se trata de iniciar tareas en lunes que nos liberen de lo que nos atormenta.
Busca sacar de tu vida elementos que eviten tu felicidad los lunes y si hay algo que te incomoda, ajusta el rumbo de tu caminar y dirige tus pasos hacia otra dirección. Y, sin embargo, mientras lo logras, disfruta todo lo que puedas, porque este día no volverá y cada minuto cuenta.
Has que tu día cuente desde el principio hasta el final y aprovecha cada evento sabiendo que no es tanto lo que ocurre, sino la interpretación que le das.