La tormenta

Cuando se acerca la tormenta encontraras una calma sinigual. Tendrás unos breves minutos de silencio para que puedas reflexionar. No será un largo periodo porque tendrás que enfrentar, que la calma es la antesala de todo lo que tendrás que sobrellevar.

El viento susurrara al inicio alertando de su furia. Notificando que se acerca un evento implacable. Gotas de lluvia caerán del cielo marcando su territorio, para luego lanzar un grito de guerra, mientras destruye todo a su alcance. Su meta no es quedarse ahí, sino eliminar todo lo que aparezca a su paso.

Una vez termine el evento, decidirás salir de tu guarida y verás un sol resplandeciente. El cielo estará despejado y escucharas el cantar de los pájaros. Será una melodía que llega para poder manejar la incertidumbre causada por todo lo que verás.

Destrucción y desolación se combinan con un sentido de pérdida. La inseguridad del futuro ante lo que te fue arrebatado. En el mejor de los casos, pudiste haberte preparado y aun así observaras, la devastación y la tristeza que este evento te ha dejado. Sentimientos de culpa podrán surgir mientras piensas que pudo haber sido si…

A veces los vientos huracanados pueden ser controlados, al final lo que buscan es enfriar el océano. ¿Qué crees sucedería si en lugar de arrasar para ganar la batalla buscaras la manera de comunicar lo que te acalora y te inquieta?  En la lucha por ganar nuestro punto nos enfrentamos a duelo y como si se tratara de una guerra, nos llevamos todo a nuestro paso. Con la furia de un huracán nos enfrentamos cual guerrero, destruyendo todo a su paso, dejando todo en el suelo.

Todo inicia con una incomodidad o molestia tenue que sirve de introducción y ese es el momento de cambiar las reglas del juego. Tú tienes el poder de controlar tus emociones, mantente solo en los hechos y en el bienestar de todos. Porque una vez el viento arrase, por más que quieras cambiar, la destrucción que causaste en la historia quedará, porque las cicatrices que dejaste a tu paso, te lo recordaran. Así que prepárate para la tormenta con sabiduría y estrategia, no para destruir sino para construir relaciones de amor, respeto y aceptación.