Haz un alto en tu rutina y separa unos minutos para consentir al ser más importante en tu vida. Puede ser un solo minuto, lo importante es que llenes tu mundo de ti. Busca un espacio tranquilo y escápate a tu interior. Cierra los ojos y bloquea el mundo para encontrar un espacio tranquilo que siempre ha estado allí.
Inhala profundamente y enfócate en tu respiración. Controla lo involuntario con voluntad, llenando cada parte de ti. Estas recargando tu mundo de todo lo bueno que te mereces, mantenlo unos segundos, atrápalo y no lo sueltes porque al cabo de un tiempo breve, tendrás que dejarlo ir. Exhala lentamente todo aquello que te está afectando, libéralo y no lo luches, al fin ya lo habías retenido un poco o demasiado para mantener tus aprendizajes.
Inhala nuevamente y llena tu mundo de sueños. Los planes que tanto deseas y que tanto has postergado. Exhala las frustraciones de aquello que no has logrado. Recuerda que ya retuviste lo que te detuvo en el pasado. Así que ya puedes respirar profundo y enfocarte en cómo lograrlo. Al cabo de unos minutos, tu mundo habrá cambiado, no porque los otros cambien sino porque tu enfoque has modificado.
No te presiones tanto y recuerda respirar…. De vez en cuando se vale hacer un espacio para ti para que puedas descubrir que tu mundo de paz está dentro de ti con tan solo inhalar y exhalar. Una vez en ese espacio todo será posible porque ya no eres el mismo y tu enfoque al mundo habrás cambiado.
Desnudando las Neuronas 