Como una pana

Desde muy temprana edad, cuando alguien se caía, se escuchaba decir la frase: “Fulano se cayó como una pana”. Y la realidad es que, como todas las frases, uno las repite, sin pensar en lo penoso que se debe sentir la pobre pana.

Comienza su reto con el problema de identidad, ya que siendo una fruta muchos piensan que es otra cosa. Y solo por esto, la pana demuestra su versatilidad y se la pueden comer de muchas maneras, hervidas, frita, en harina y de muchas otras formas. Su valor nutricional es inigualable y, sin embargo, ella quiso ser algo más. Entonces su flor es repelente de mosquitos y la savia de su árbol puede usarse como sellador. La corteza de su árbol puede servir para hacer ropa, accesorias e inclusive papel.

Y, hoy lo que todos recuerdan es el momento más fuerte de su existencia… el día de su caída. Ella es mucho más, da demasiado de si y hoy es recordada por que se cayó. Se cayó como una pana.

Nadie habla de sus logros y sus aciertos, no tienen porque hacerlo. Quizá, quien comenzó el rumor, fue un árbol que no da frutos o los que da, no son para consumo. Y ya saben lo que dice la Palabra: “por sus frutos serán conocidos” y “de la abundancia del corazón habla la boca”.

En ocasiones, se trata de la luz que cargas, esa que puede iluminar sin importar en donde te encuentres. No se trata de donde estas, ni como quedaste después de la caída, es saber de que estas hecho y lo que puedes lograr. No es lo que los otros ven, es lo que tu sabes o estas por descubrir.

Pensar en donde estas o quejarte de tu realidad sin planificar en como moverte te resta oportunidades. Es bueno vivir el presente, si servirá para que hoy tomes acción y esto te permite alcanzar eso que siempre soñaste.

Pensar en cómo quedaste después de la caída, te resta oportunidades de ver y disfrutar lo que tienes. Y si ver todo lo que tienes hoy te es complicado, quizá debes observar con detenimiento aquel que esta a tu lado librando alguna batalla y, sin embargo, hoy está sonriendo. ¿acaso no te has percatado? Las grandes tristezas se libran entre sonrisas.

Al final… tu vida será como deseas que sea y la interpretación que le das. Porque, si, vas a tener caídas, algunas, serán estrepitosas, otras serán tropezones y sin embargo, al final, ni la caída ni la recuperación, te definirán. Tu eres y siempre serás lo que decidas. Porque lo que se ve, a veces no es ni será. Porque tú eres mucho más y tu mejor discurso… son tus frutos.

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