Lo he decidido y lo voy a lograr. Decidí que para no sentirme que estaba perdiendo mi tiempo en las esperas en los distintos sitios, me llevaría un libro. Así lograría dos cosas: la primera completar gestiones atrasadas y la segunda, pues leer.
Me gusta leer y debo admitir, que en ocasiones compro libros porque me interesan, pero por temas de tiempo y prioridades, en ocasiones se vuelven piezas decorativas, pisapapeles o escondite secreto de documentos importantes que solo encontraré cuando no sean necesarios. Así que decidí, cargar con los libros para las citas médicas, mantenimientos del vehículo y cualquier gestión que tome un tiempo considerable.
El lugar idóneo, son las citas médicas. Así que me lance a la espera con libro en mano. Ya saben, me encontré con el grupo de la vez pasada… pero esta vez, sin prisa. Hice el número 8 pero yo… tranquila. Me anoté, entregué la tarjeta del plan y me senté.
Saco el libro de mi cartera, lo abro e inicia el proceso de leer. Leo la primera oración y la Señora que está a mi lado me dice: “Nena, te gusta leer”. Me volteo hacia ella y le asiento con la cabeza. Para regresar a la lectura. Ya saben, evitar contacto visual prolongado para cortar y poder leer. Pero al parecer ella conocía la técnica y la combino con manipulación 101.
Ay a mí también me gustaba leer, pero con la edad la visión no es la misma. Ya casi no leo. Se me dificulta. Sabes, todo cambia y una sola. Ya cuando dijo sola acepte que debía mirarla. ¿a qué se refiere sola? Pues, mi esposo falleció y mis hijos están en Estados Unidos. ¿Hace tiempo que falleció? Dos años… de más esta decirles que me siguió hablando y al terminar hasta un abrazo le dí… Su esposo era el amor de su vida y su historia de amor era digna de un libro… Bueno, al menos me entretuve hablando o mejor dicho, escuchándola.
Para la próxima cita, fui con estrategia. Me lleve el libro y unos air-pods. Iba a escuchar música instrumental mientras leía. Los pods serian la clave para que nadie me hablara. Estaba decidido. Eso bloqueará el sonido de forma majestuosa. Déjenme decirles… que lo logre. Finalmente, logré leer un capítulo del libro. Lo que no logre fue escuchar a la secretaria decir que la maquina se había dañado y que las citas serían recalendarizadas… Que les puedo decir.
Dicen que la tercera es la vencida. Así que esta vez, dejé el libro y opté por terminar de ver una serie. Estaba en el mantenimiento del auto y eso tomaría tiempo. Me puse los audífonos, busqué la serie y le di play. A cinco minutos de la trama, cuando están a punto de ser capturados y la tensión esta por las nubes. Siento que alguien se para frente a mí y me mira incisivamente, al levantar la vista, la veo allí. Moviendo sus labios y yo sin idea de lo que está diciendo.
Ay discúlpeme, es que los audífonos bloquean el sonido del exterior y no la escuche. ¿Qué me decía? Que mucho se tardan. Yo para lo que vine fue para que me verificaran la luz de la gasolina que no está marcando y es un carro nuevo. Por cierto, que el Señor que me atendió parece que estaba de mal humor porque ni me explico. En la otra localidad atienden mejor. Además, este sitio se ve sucio. Mientras la miraba a los ojos, pensaba:” pero y cuánto tiempo llevaba ahí hablando que me dijo todo eso cuando me quite los airpods. Lo único que pude articular fue fíjese mi experiencia en este dealer ha sido buena y ciertamente, está un poco sucio, pero es que, al quedar frente al expreso, imagino que… Pero, ella no me dejo terminar la oración y tampoco la serie. Así que bloquee el celular y desbloquee mis oídos…